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No es necesario vestirse con el ropaje del fervoroso hincha, ni con la del chauvinista recalcitrante, basta y sobra con apelar al sentido común para sentir en carne propia la decepción y la frustración de la gente del Club Atlético Ciclón, por el triste epílogo de la temporada 2009, en la que una vez más se ha quedado a las puertas del ansiado retorno al fútbol profesional, frustrado más que todo por los propios desatinos que por las virtudes de los rivales.

Cuando dimos cuenta del mamarracho del pasado 3 de diciembre, omitimos ex profeso la mención al plantel de jugadores, porque era necesario tener más certezas para establecer -sin temor a equívocos- el rol que habían desempeñado.

Las certezas comenzaron la misma tarde del partido con Guabirá, el asombro y el estupor de los jugadores, era el mismo que sentían los espectadores, pero la conclusión más contundente la tuvimos cuando jugaron en Tarija con Wilstermann, primero por la gran cantidad de público, que renovó su confianza en el equipo y segundo porque pese al empate, que prácticamente era el principio del fin de sus pretensiones, la gente los ovacionó al final del compromiso.

Por si algo necesitaban, luego le hicieron un gran partido a los “aviadores”, los que presuntamente los iban a golear y terminaron apelando a todo tipo de estratagemas para derrotarlos, finalmente el caluroso recibimiento de ayer, que fue el testimonio final de un comportamiento ejemplar y merecedor del reconocimiento de los tarijeños.

UNA CAMPAÑA MERECEDORA DE OTRO FINAL

Tiempo atrás, apelando a los fríos números de su campaña, habíamos calificado a Ciclón como el mejor equipo de la Copa Simón Bolívar, por lo que no se merecía de modo algunos, el triste epílogo que tuvo.

Futbolísticamente la impresión es la misma, ningún rival superó en juego al equipo tarijeño, por ejemplo en la primera fase gano su serie tras ganar 5 de los 6 partidos que disputo y sólo tuvo una derrota en Potosí ante Universitario, al que había goleado en Tarija por 5 goles a 1.

En la segunda fase perdió ante Destroyers, como visitante, pero le ganó con claridad la revancha por 4 a 2 y en la siguiente instancia le pasó por encima a Stormers San Lorenzo de Potosí, al que inclusive le ganó en la Villa Imperial.

En la final ante Guabirá, en Montero cayó por 2 a 1 en los minutos de descuento y todos sabemos lo que pasó en la revancha, donde en el IV Centenario Ciclón impuso condiciones y estaba forzando al desempate en Cochabamba, hasta que hicieron ingresar al quinto extranjero y el campeón se definió en mesa, por primera vez en este certamen.

Luego vino el descenso indirecto y no eran pocos los que sostenían que Wilstermann, no se iba a despeinar para mantenerse en la Liga, sin embargo Ciclón, golpeado en su amor propio, caído anímica y futbolísticamente, dio una verdadera muestra de vergüenza deportiva y casi le amarga la noche al empinado rival, que terminó con el Jesús en la boca y apelando a todo tipo de artimañas para salvar la categoría.

Siempre tendremos la duda de que es lo que hubiera pasado en el tercer partido con Guabirá, los tarijeños estábamos seguros que Ciclón era el ganador, posiblemente eso hubiera acontecido, pero si los albicelestes perdían, estamos seguros de que la frustración no hubiera sido tan grande como finalmente fue, es por eso que estas líneas llevan implícitamente el reconocimiento de los tarijeños hacia el plantel de jugadores de Ciclón, que pudieron con todos los rivales, menos con los del mismo equipo.

Fuente: El Nacional de Tarija.

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